sábado, 27 de abril de 2019

De seda vana

Flor del almendro
Japón se ha vuelto escombros
de seda vana. ©

Con tristeza de geisha mal querida
destrenzaba las trenzas de su pelo,
su mundo de origami era un pañuelo
partido a la mitad y así partida,
en llanto de desvelo,
vagaba en la penumbra, dolorida,
con el alma recién amanecida
y un gesto de profundo desconsuelo.
Espiga de bambú, flor del ciruelo
de almendros, contenida,
en actitud litúrgica de duelo.
Sangra tanto la herida
que en el pozo de sombras de su vida
ya no vuelan gorriones por el cielo. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en el Tortoni / Pintura: B. Lacombe
En homenaje a las víctimas del terremoto de Japón de ocurrido el 11 de marzo de 2011.

martes, 23 de abril de 2019

Roja

Ardías desde el hambre de los labios
hasta la miel caliente de tus ojos,
lo mismo que una flor en carne viva
sembrada en el confín del universo.
Ardor ceremonial que te consume
en estruendo de luces de bengala,
portando en el solsticio de las ingles
un soplo de pasión que te vulnera.
Brasa azul de tu vientre,
fulgías de manera prodigiosa
en un tórrido escándalo de llama.
Igual que el fatalismo perentorio
de un fuego inagotable
ardiendo en el verano de tu boca. ©

Del libro Llevarás en la piel
Recitado en el Café Montserrat y en la APL

domingo, 21 de abril de 2019

Las manos tuyas


Aquellos ojos de tristeza verde,
abrevadores de la sed del mundo,
con un designio de clamor de fiebre,
eran los ojos tuyos.
Aquellas manos que sembraban rosas
en el solsticio de la nueva luna,
reparadoras de las almas rotas,
eran las manos tuyas.
Aquellos pechos de maná del cielo,
como presagios de carnal conjuro,
tizón de lumbre de mis labios secos,
eran los pechos tuyos.
Aquella boca de abrigado manto,
pecaminosa de infantil ternura,
que obraba besos como Dios milagros,
era la boca tuya. ©

Del libro Oceanario
Recitado en el Café Montserrat y en la APL.