domingo, 29 de abril de 2018

Business

"Sin sostén o traición", cruel consigna
que divide las aguas del río,
cada cual a su libre albedrío.
Sor Grisel se persigna.
El marido de Inés se resigna,
mientras crece el clamor del gentío,
medieval flor de lío
y un abuelo mayor que se indigna.
Un tendero fabril conjetura
que la calle está dura
y dispone notables descuentos.
¡¡¡Dos por uno. Corpiño en oferta!!!
Compre ahora e invierta.
Y en un rato vendió mil quinientos. ©

Del Blog Apenas penas (Ley 11.723 / Exp. 423353)
Recitado en Radio UAI.

7 comentarios:

Carlos dijo...

El código de vestimenta, según explicaron autoridades del Ministerio de Educación, se arregla entre las partes de la comunidad educativa de cada colegio, tanto en los secundarios como de gran parte de los primarios, explicaron desde el Ministerio.

Los padres, alumnos, maestros, preceptores y directores de establecimiento se reúnen y determinan las reglas del código de cada convivencia. Entre ellas están las normas de vestimenta en las que, por ejemplo, determinan si los alumnos pueden ir o no con camisetas de fútbol, ojotas, tacos altos, maquillaje, el largo de las faldas, aros, etc.

Sin embargo, hubo algo en lo que nadie pensó: la ropa interior.

En la práctica, los reglamentos son bastante poco taxativos a la hora de enumerar qué se puede y qué no. El Colegio Nacional de Buenos Aires modificó hace un año su reglamento e incluyó la siguiente aclaración: "Los estudiantes no tendrán restricciones de vestimenta especifica. Deberán adecuar la misma y su presentación a las formas y objetivos de la actividad colegial".

El Colegio Carlos Pellegrini también es bastante ambiguo a la hora de describir el código de vestimenta. Simplemente detalla que "debe adecuarse al espacio, circunstancias y objetivos de la vida escolar".

Carlos dijo...

El corpiño es una prenda de vestir femenina sin mangas que cubre de forma ajustada desde los hombros hasta la cintura, suele ser abierta por delante y se cierra mediante cordones o botones.

Fue una prenda exterior, usada sobre la blusa o camisa, en Europa entre los siglos XVI y XVIII y que actualmente forma parte de numerosos trajes regionales europeos. Como prenda interior evolucionó hacia otras prendas como la cotilla, el corsé y el sujetador.

La palabra corpiño es de origen gallego, en cuya lengua significa "cuerpecito".

Carlos dijo...

Un estudio, realizado por el investigador francés Jean-Denis Rouillon, profesor de la Universidad de Franche-Comté, ubicada en el este de la cuidad de Besançon, determinó que no es bueno usar corpiño porque neutraliza la sujeción muscular (la fuerza del músculo), produce dolores de espalda y no mantiene los pechos erguidos.

El médico, fue el encargado de dirigir al equipo que llevó a cabo la investigación sobre el efecto de los sostenes, que duró 15 años, y fue realizada sobre 330 mujeres, de entre 18 y 35 años de edad.

Los profesionales, que trabajaron dentro del hospital universitario de esta ciudad, utilizaron una regla de cálculo y un calibrador para registrar los cambios que se efectuaban en los senos de las mujeres, año tras año.

Los hallazgos sugieren que el uso de corpiño desde una edad temprana no contribuyó a mantener el pecho firme, reducir el dolor de espalda o prevenir la flacidez en las mamas.

En ese período de tiempo, se detectó que las que usaban sostén tenían sus mamas más caídas, precisamente unos 7 milímetros.

En una entrevista otorgada a The New York Times, Rouillon explicó que el uso del soutien "es como llevar una rodillera; el músculo deja de trabajar", y agregó que "el hecho de usar corpiño supone que los tejidos que soportan los senos no crezcan y hasta se atrofien y que los pechos se degraden gradualmente".

Carlos dijo...

Los historiadores no han podido establecer exactamente cuándo las mujeres empezaron a usar corpiño. Sí se sabe que durante el Imperio Romano ya lucían unas bandas alrededor del pecho, lo que muchos consideran los primeros corpiños de la era moderna. Luego vinieron los apretados corsets que durante 300 años las mujeres tuvieron que padecer.

El 3 de noviembre de 1914, Mary Phelps-Jacobs patentó el primer diseño de corpiño. Esta mujer provenía de una familia de inventores. Robert Fulton, uno de sus antecesores, creó la máquina de vapor.

Si algo está claro es que esta prenda está presente en el guardarropa de todas las mujeres. Y fue ampliando sus opciones con el paso de los años para adaptarse a los distintos estilos requeridos: con tiras o strapples, con aro, con relleno, para deportistas, sin espalda, y muchas alternativas más.

Carlos dijo...

Video de la evolución del corpiño a lo largo de los años.

http://www.rumbosdigital.com/locura-web/asi-fue-la-evolucion-del-corpino

Carlos dijo...

Poesía: Mala o buena??? / Por Ignacio Valente.

Lo que domina en la poesía actual es la oscuridad gratuita y el hermetismo arbitrario. Porque hay oscuridades espléndidas, que destellan relámpagos de intuición en un nivel más soterrado y profundo, como ocurrió en las vanguardias del siglo pasado y ocurre también hoy. Su operación consiste en deprimir el sentido lógico del lenguaje para potenciar un sentido poético más oculto y expresivo.

Pero demasiados autores escriben hoy en oscuro por el mero prestigio de esa tradición y casi al azar, "por si acaso", por si de la tiniebla verbal fuera a brotar "algo", algún sentido incógnito que ellos mismos desconocen (y nosotros mucho más). O bien son oscuros porque quieren decir más de lo que su incipiente capacidad verbal les permite, y si escribieran claro se notaría esa deficiencia. Hacen como si bastara que algo no sea claro -que sea inconexo y confuso- para ser poesía. Entre broma y serio, decía algún poeta que primero escribía el poema claro y después lo oscurecía para mejorarlo. En tales casos la oscuridad es una coartada que oculta la insignificancia, porque sugiere cargas de profundidad que no existen.

Ligada a ese defecto está la ausencia de imágenes, figuras y metáforas, no porque falten, sino por caprichosas o arbitrarias, y lo mismo vale para la adjetivación. Pero las combinaciones verbales inverosímiles o excéntricas no son de suyo buena poesía. No basta juntar en el famoso quirófano cualquier paraguas con cualquier máquina de coser -cualquier encuentro azaroso- para conseguir un efecto expresivo. La unión de elementos lejanos o remotos entre sí puede hacer saltar la chispa sorprendente e iluminadora, como ocurre a menudo en el surrealismo, pero también (y mucho más fácilmente) puede caer en el vacío.

La carencia del sentido fonético del verso ha llegado a ser alarmante: a ratos parece que verso y sonido fueran dos mundos ajenos. La causa puede ser el mal oído verbal, pero a veces procede de ignorar la mera existencia del estrato sonoro de la poesía, como si fuera verso el solo recorte de un fragmento de prosa. Pero el verso no es un accidente gráfico; es toda una entidad; casi diría que es todo un misterio, tan arcaico como actual, pero el trabajo fonético rara vez falta en la poesía de calidad.

En casos extremos puede haber intentos de poesía con mala redacción: con frases inconclusas, con un decir entrecortado, con oraciones a medio hacer. Pero una redacción que en prosa no se permitiría por confusa o deshilachada, no tiene por qué permitirse en poesía.

Es el caso de citar el axioma de Valéry: en poesía, lo que vale para uno solo no vale nada. Y este otro, casi equivalente: que el poema debe llevar en sí mismo sus propias claves de comprensión, porque en caso contrario sería una adivinanza. Por eso se dice que la buena poesía no puede ser explicada, ni cabe defender la menos buena con explicaciones.

Carlos dijo...

"Lo malo de los artistas
es cuando son masoquistas"

Joaquín Sabina.