Arenal
ni trasnocha en mi cama,
malherida de amor se derrama
sin aliento, ni dicha ni abrigo.
En el cuenco nupcial de su ombligo
ya no crecen jazmín ni retama,
ni me alumbra su luz ni la llama
me transporta consigo.
Soledad del adiós al cuadrado,
la mujer que no sueña a mi lado
y me niega caricia y conjura,
con callada tristeza
cruzará el arenal de su pieza,
en la noche sin mí, más oscura. ©
Del Libro “Oceanario” - Recitado en el café Montserrat - Radio UAI - Ilustración: Aykut Aydoğdu
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