miércoles, 29 de julio de 2009

Palomas



Sin encono de almas me despido,
ni astillas de rencores en los dedos,
ni miedos
ni acechanzas de latido;
dejemos este amor recién dormido
librado al fatalismo de sus credos,
en ruedos
venturosos del olvido.
Aquello que fue luz y fue destello,
tan bello
en la farándula del cielo,
se fue de mi, estela evanescente,
dejándome en el nido de la frente,
palomas al desbande de su vuelo.