Cruella de Vil (Cuento reivindicatorio)
Cruella de Vil no es lo que aparenta,
no colecciona perros ni tapados,
detrás de los reproches infundados
con dulce de vainilla se alimenta.
A fuerza de querer perdió la cuenta
de los vanos amores contrariados,
sin monarcas ni príncipes dorados
que calcen su talón de Cenicienta.
Con dálmata ternura,
desmiente en blanco y negro la conjura
del mal que la convoca.
Yo la quise querer, pero no quiso,
acaso al Paraíso
se ingrese por los labios de su boca. ©
Del libro Llevarás en la piel.
Fotograma de la peli 101 dálmatas.
Recitado en el Café Montserrat y Radio UAI.