De diluvios y andenes
De diluvios y andenes
emerge nuestro amor en la distancia,
pluvial en la retina de tus ojos
y espeso de palabras;
lo mismo que un jazmín encolumnado
en pétalos de savia,
expuesto a los dictámenes del aire
y a líquidas andancias.
Conjura de la sed sobre la boca
y el beso que resiste
urdido en un turbión de miel silvestre;
con modales de tarde tormentosa
la lluvia nos elige
y somos como el agua, transparentes.
Incluído en el libro De diluvios y andenes.