viernes, 19 de diciembre de 2008

Niño del hambre



En la llaga del hambre, cada día,
despierta inapetente de consuelo,
sin milagro de peces en el cielo
ni alimento de blanda eucaristía;
apetito de terca rebeldía
dentellada de pulpa de pomelo,
herida cuaresmal de negro duelo,

ayuno de agonía.
Impiadosa vigilia de los dientes,
voraces y abstinentes,
a pasos de un abismo de tormenta;
una zarpa de hambruna lo condena
y en un grave mordisco de gangrena,
con astillas de luna se alimenta.

Soneto incluido en "Llevarás en la piel"

lunes, 11 de agosto de 2008

Diluvio



Hoy casi no me dueles, sólo heridas
de pálida presencia
anuncian el esbozo de tu ausencia,
como nubes de formas desvalidas;
apenas un dolor, una abstinencia
de lágrimas vertidas,
tejidas
con un hilo de inocencia.
Hoy no dueles, amor, doliste tanto,
océano vastísimo de un llanto
de acuático torrente;
diluvio universal de pena vana,
tal vez mañana
me vuelvas a doler salvajemente.

El dibujo "diluyéndo-nos" es de Jerónimo Mejías.

viernes, 23 de mayo de 2008

Destino rante



Hoy toca cuento "lunfa"

Entreabrió la tapuer del conventillo
y la encontró desnuda con el quía,
revoltijo de maula anatomía,
de filosa traición, como un cuchillo;
con el dedo en la punta del gatillo,
tiró con enconada alevosía,
cuatro balas de curda puntería
enlutaron de sangre aquel pasillo.
Desde un cielo de cinc, la luna rea,
con destellos de trágica albacea,
tembló desde sus huesos;
el, con fulo dolor, cargó el bufoso,
desabrazó a la mina de aquel coso
y se voló la tapa de los sesos.


La pintura "Arrabal violeta" es de Roberto Volta.

viernes, 9 de mayo de 2008

Feria del Libro





Por invitación de la Editorial, el miércoles 30 de abril, anduve por la Feria, firmando ejemplares de mi libro. Para ello debí vencer ciertas resistencias vinculadas a dos cuestiones fundamentales, primero, un elevado grado de pudor personal, que provoca mi alocada huida ante este tipo de situaciones y segundo, el temor al "papelonazo", por cuanto yo tenía serias dudas de que alguien fuese a requerir mi firma, como trofeo de caza. La cosa es que me armé de coraje y fui. La experiencia fue altamente gratificante. No voy a decir que la inmensa cola salía de la Feria y daba la vuelta a toda la Av. Santa Fe y que sequé la tinta de 33 lapiceras, pero tampoco quedé zapatero.
Lo comparto con ustedes, transcribiendo un texto de Alberto Szpunberg, que tiene mucho que ver con la poesía, los poetas y la lectura.
"La poesía y las baldosas flojas"

Por algún motivo –estudio o entretenimiento o devoción marketinera–, el habitual lector de libros sigue un orden establecido: por la numeración de las páginas, la secuencia de los capítulos o la saga de una trama atrapante, y así hasta alcanzar el punto final, ya sea del texto o de su paciencia. El lector de poesía, en cambio, es diferente. Humildísimo como nadie, no dispuesto a dar vueltas inútiles o ganado por la legítima ley del menor esfuerzo, lee menos cantidad de texto por página: las líneas ni siquiera llegan hasta el otro margen. Su comportamiento suele ser extraño: a menudo, abre el libro por donde se le canta (esto de que “se le canta” es uno de sus rasgos fundamentales) y va saltando de un poema a otro e, incluso, dentro de un mismo poema, de un verso a otro. Como si, por ejemplo, un día de lluvia, cruzase una vereda de baldosas flojas. Por más saltos que dé, una vez puesto a bailar, sabe que esa vereda es una experiencia irreversible. Cuando termina de atravesarla, descubre que, como en el mundo cuántico, donde sólo la ubicuidad explica el yo soy otro, las partículas de la vereda tienen un comportamiento extraño: sólo en esas baldosas es posible el milagro de que llueva de abajo para arriba.

martes, 15 de abril de 2008

A Ud.

Yo la recuerdo a Ud. con tal porfía
y tan hondo dolor en ambas manos
cruzar el horizonte del olvido
bajo un cielo que ya no será nuestro.
Con mirada de novia adolescente,
otoñando de amor sobre la pira
del frágil corazón que se desangra
en besos amarillos.
La recuerdo con gesto de tristeza
marchar hacia la lluvia
apurando el exilio de su paso.
Con mi nombre sujeto de la boca,
en un suave susurro de palabras.
(Tal vez Ud. recuerde).  ©

Del libro Llevarás en la Piel
Fotografía: Antoná.

Recitado en el Café Montserrat.

jueves, 3 de abril de 2008

"Minotaura"



Afrodita de luz, Venus guerrera,
sirena de los mares del infierno,
centaura de furioso desgobierno,
de lágrima y hoguera;
pupila de Pandora, cancerbera,
Nereida cristalina de la fuente,
Ariadna del ovillo, ninfa ardiente
de negra cabellera;
Casandra de profética mirada,
Artemisa de sueños, desterrada
de los altos umbrales del Parnaso;
Minotaura de oscuro laberinto,
Galatea de mármol, beso encinto
del nudo de mis brazos.

domingo, 23 de marzo de 2008

Proa

A proa de tus labios, mandamiento
de lejanas orillas,
voy hambriento,
buscando un porvenir de maravillas.
Un ligero rubor en tus mejillas
desmaquilla la rosa de los vientos
y en mi boca sencilla
te vuelves condición de mi alimento.
A proa de tus labios, norte, llave,
faro y nave
de un mar enardecido,
encamino las olas de mis besos
de amor, en el espeso
océano voraz de tu latido.


Del libro Llevarás en la piel.
Pintura: Willy Kissmer.

sábado, 1 de marzo de 2008

Serpiente



Repta mi lengua, ardiente devaneo,
y baja por el nido de tu frente,
igual que una fantástica serpiente
de atávico aleteo;
las cejas, la nariz, el camafeo
tallado de tu boca adolescente,
el muro de tu pecho, la pendiente
que lleva al corazón de tu deseo.
Tu vientre, como luna cenicienta,
en una virulenta
acometida;
el retoño sellado de la rosa,
lo mismo que una niña caprichosa,
recién amanecida.


La pintura es de Manuel Manzano Monis.

viernes, 25 de enero de 2008

FM Palermo / Reportaje

En el abrazo firme en que la toma,
encierra una tristeza arrabalera,
como quien lleva presa una paloma
y la sostiene en besos, prisionera.
Cárcel de amor, cerrojos de ceguera,
el tango se conversa en mudo idioma,
fatalismo de ardores y de hogueras
que enlaza y amaroma.
La piel contra la piel, como desnudos,
en un cerco de impulsos y de nudos
que aúna desde el alma a los talones,
lo mismo que una pena demorada
que lleva en el umbral de la mirada
un peso de redondos lagrimones.

viernes, 18 de enero de 2008