De sangre verde
Hoy toca cuento.
El lagarto varón y su señora,
trepando la corriente río arriba,
se besan con pasión devoradora,
dejándose llevar por la deriva.
No hay sueño que con ella no conciba,
ni amor de verde flora,
ni gota de llovizna, ni saliva,
ni oscuro devenir, ni negra aurora.
Sobre un árbol esculpe la figura,
el lagarto varón, de su futura,
dejando una señal que la recuerde.
Con colmillos de dientes afilados
le muerde el corazón por ambos lados
y el corazón que sangra sangre verde.
Amigos, salgo unos días de vacaciones;
para todos, el mejor inicio del 2008.
Se me cuidan mucho. Beso a las niñas,
abrazo a los caballeros.