miércoles, 9 de enero de 2019

La bella durmiente

Andaba por el filo de las sombras,
con la sonrisa quieta,
urdiendo con hilvanes la redonda
matriz crepuscular de la madeja.
Íntimamente sola,
tan lejos de mis labios (y tan cerca),
herida por el paso de las horas
que sangra con rituales de tristeza.
Oscura y silenciosa,
como duerme la mar sobre las piedras
de indefinidas formas.
Viajero de la luz, brasa pequeña,
yo la besé en la boca.
Pero nada del mundo la despierta. ©

Del libro Oceanario
Pintura: Nicoletta Tomas Caravia
Recitado en el Montserrat y radio UAI