martes, 29 de julio de 2014

viernes, 11 de julio de 2014

Pichuco

 Franco Iturraspe

Se le cayó el bandola de las manos,
como una flor marchita,
la suerte de partir estaba escrita
en acordes de tangos suburbanos.
-Es hora de piantar, me voy hermanos,
cuiden todos de Zita,
la parca ya firmó la manuscrita
instrucción de yirar con los gusanos.
No quiero despedidas funerarias,
ni milongas de rezos, ni plegarias,
ni responso, ni duelos;
me llevo el bandoneón, nunca se sabe
con que sonora llave
se abrirá la cancela de los cielos.

Del libro Oceanario.