Desayuno
me despierta febril cada mañana
y en el cierre nupcial de la semana
la declaro condesa de un "condeso".
Desayuno, caricias, "fogo preso",
boca dulce de jugo de manzana,
la condesa, liviana,
asciende sobre mí con suave peso.
Yo le quito la ropa de hacer noche
y en derroche
de amor la desabrigo.
Simulacro de sábanas de seda,
roja lengua que rueda
quitando las miguitas de mi ombligo. ©
Del Blog Apenas penas