martes, 27 de septiembre de 2016

Lejos

Y vamos otoñando de tristeza,
los dos en un planeta diferente,
tú, de verde fulgor, resplandeciente,
y yo que voy mudando la corteza.
La rosa decolora de firmeza
y el blanco del jazmín se vuelve ausente;
de noche soy un rio transparente
que surca el horizonte de tu pieza.
Cada vez más difusa y más lejana,
rubor que en la mañana
diluye en amarillo sus reflejos.
Nada queda de ti, doliente y poca,
dos besos en la boca
y otra lluvia, quizás, cayendo lejos. ©

Del libro Oceanario.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Sola

Sola como un barco a la deriva,
única habitante del poema,
llama que en la llama en que se quema
arde en carne viva.
Presa de un amor que la cautiva,
cándida y blasfema, 
rema 
por un llanto de saliva.  
Náufraga de sed en el desierto, 
puerto  
donde encalla su latido;  
lágrima final del desamparo, 
faro 
en la penumbra del olvido. ©

Del libro de poemas Oceanario.
Recitado en el Tortoni y Radio UAI

sábado, 17 de septiembre de 2016

Confesiones de invierno

Agua y arcilla,
soy la clara simiente
de tu costilla.

Febril y vulnerable
concedo lo que soy y lo que tengo,
cautiva religiosa de la sangre
que corre por el río de mi cuerpo.
Ayuno penitente de la carne,
sin ley y sin remedio,
con un rezo labial de fe cobarde
y un vértigo de estruendo.
Sólo debes pedir, no te detengas,
no tengo voluntad para negarme
al hilo de tu voz que me sentencia.
Sin ti, no soy de nadie,
apenas un temblor en la tormenta
que rompe la agonía de la tarde.

Del libro Oceanario.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Naufragio

Antigua soledad, tu boca sabe
los besos que le debes a mi boca
y en este desamor que nos convoca
hay que quemar la nave.
Cerrar el corazón con doble llave,
volverse cardo y roca,
que el tiempo del olvido que nos toca
destile sin dolor su pena grave.
Al son crepuscular de la tristeza
un pájaro de azul delicadeza
renacerá tal vez de los despojos.
Es hora del adiós, no habrá un mañana,
ni lluvia en el cristal de la ventana
ni un barco en el naufragio de tus ojos. ©

Del libro Oceanario.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Conjura

Un lunes de febrero
(si es bisiesto mejor), de madrugada,
al filo de mi boca y desnudada
de pie frente al caldero.
Ungida con esencias de romero,
en tránsito de Venus, destinada,
oscura y embrujada,
portando un elixir y un candelero.
A la cuenta de tres (luna en Urano),
al roce de mi mano
susurrarás mi nombre y apellido.
Ritual de investidura,
serás la condición de mi conjura.
De nada te valdrá fuga ni olvido. ©

Del libro Llevarás en la piel.