martes, 22 de agosto de 2017

Apenas penas

Apenas nos amamos, sin embargo
a nadie quise más ni tantas veces
y en todo permaneces,
la cama sin abrir, el fruto amargo;
la boca germinal, el beso largo,
la siega de los panes y los peces,
el hambre de morder tus desnudeces
con ansias de descargo.
Ya ves, muy poca cosa,
el último latido de la rosa
y el brote del jazmín que ya no existe.
Vigilia de tenaz melancolía
y marzo que llovía
de un modo rigurosamente triste.

Del libro Llevarás en la piel.

lunes, 21 de agosto de 2017

Menos una

Benditos los que mueven las montañas
con fuerza perentoria,
la patria donde habita la memoria,
el rimel que embellece tus pestañas,
las épicas hazañas
y el último valiente de la historia,
los amantes de fe premonitoria,
la paciencia textil de las arañas,
bendita Dulcinea y don Quijote,
el pozo de tu escote
al trasluz inocente de la luna;
la boca de los besos cuando besa
de amor, a la francesa
y todas las mujeres. (Menos una).

Del libro Llevarás en la piel.
Ilustración: Jeanne Lorioz.

Siempre tendremos París

Para tomarte las manos,
Londres, Lisboa, Madrid,
Colonia, Praga, Lugano,
pero te beso en París.
Para decir que te quiero
trescientas mil veces mil,
Venecia y sus gondoleros,
pero te beso en París.
Para ceñir tu cintura,
Roma, Ginebra, Berlín,
Kioto, Sendai, Kamakura,
pero te beso en París.
Para incendiarte de ganas,
las arenas de Tahití,
cita y danzón en la Habana,
pero te beso en París.
Para quitarte la ropa
en delicado estriptis,
cualquier museo de Europa,
pero te beso en París.
Milán para despedirme,
Cádiz si toca partir,
adioses en tierra firme,
pero te beso en París.
Para marchar a tu lado,
la muralla de Pekín,
y colorín colorado.
Pero te beso en París. ©

Del libro Llevarás en la piel.

jueves, 17 de agosto de 2017

Llorar a chorros

"Llorar de amor, de hastío, de alegría... (O. Girondo, en un nuevo aniversario de su nacimiento))

Llorar como un diluvio sin orillas
en un terco ejercicio de vertiente,
con la boca de oscuras maravillas
y el arco de la frente,
llorar, llorar inútilmente
contra el duro respaldo de las sillas,
en medio del tumulto de la gente
y en celo de guerrillas;
igual que cien canillas
verter un aguacero de torrente
desde el plexo solar de las costillas
y llevar en los ojos la simiente
del mar en las mejillas,
a conjuro de lágrima batiente. ©

Del libro De diluvios y andenes.
Recitado en Radio UAI, en homenaje
a Oliverio Girondo.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Usted

Yo la recuerdo a usted con tal porfía y tan hondo dolor en ambas manos, verla llegar con celo de leones, tan desnuda en el alba. Con los ojos de novia primeriza y la boca caliente, probar el alimento de mis besos como quien muerde azúcar impalpable. La recuerdo con gesto pesaroso fugar bajo la lluvia sin decir ni siquiera una palabra. Con mi nombre sujeto de los labios, igual que un corazón de almíbar negra.
Tal vez usted recuerde. ©

Del libro Llevarás en la piel.
Recitado en Radio UAI.

domingo, 13 de agosto de 2017

En venta

Cada noche, recién llegado a casa, con desgano de estricto cumplimiento, en el viejo perchero del estudio cuelgo todo las penas que me habitan. La pena de los lunes impiadosos, las que traen rumores de penumbra, la que sabe tu nombre y enmudece, la que te nombra tanto. La que toma la forma de tu boca con infantil porfía y me niega los besos prometidos, la que triste del alma numera cada gota de la lluvia.
Debo poner en venta ese perchero. ©

Del libro Llevarás en la piel.

Acordelar la rosa

Acordelar la rosa, rodear el pedestal de su aposento con esquirlas de balas inocentes y besos de carmín como puñales. Sitiar su delicada fortaleza con ajuares de encajes incendiarios y ceñir el botón de su corola con hilvanes de insomnio. Beberla sin pudor hasta vaciarla de lágrimas y espinas y volver a beber retoño y siembra; Rodearle el corazón con tempestades de rigores de hambruna y morder la raíz del fruto virgen. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en Radio UAI.

sábado, 12 de agosto de 2017

Duermevela

Sutil urdimbre de seda,
mi corazón va tejiendo
un nudo de duermevela
y un redondel de recuerdos.
La madrugada te enreda
con hilo de amores nuevos,
bajo una luna morena,
como un ladrón al acecho.
Y somos dos en la hoguera
fundacional del encuentro
de un largo beso de arena.
Roja vigilia del sueño,
lumbre, cerilla, madera.
Dejemos que sople el viento. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en Radio UAI.

Roja

Oscurecida de sombras,
la habitación en silencio
y en la penumbra, tu boca,
que ofrece su fruto nuevo.
Desnuda de piel y rosas
germinas sobre mi pecho
y se suceden las horas
y te deshaces en besos.
Roja de amor te abandonas
al pulso de mi deseo
y somos dos en la forja
ceremonial del incendio. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en Radio UAI.

Pecado

Hilo de ardiente madeja
con que te ciñe mi mano,
de santidades, ateas,
y de ademanes sagrados.
Fuego de amor que libera
tizones de besos largos,
boca que jura y blasfema
sobre tu cuerpo profano.
Ritual de venas abiertas
en la penumbra del cuarto,
grave liturgia de hoguera,
roja virtud del pecado. ©

Del libro Oceanario.
Pintura: Nicoletta.

viernes, 11 de agosto de 2017

Río silvestre

Corazón de espiga verde,
jazmín de viento y de brasa,
igual que un junco rebelde
que asciende por la mañana.
Usa mis labios de albergue,
haz de mi boca, tu casa,
y de mis manos, grilletes,
como si fueran alhajas.
Bebe de amor de mi fuente,
espesa torre de lava,
que soy un río silvestre
tiznando tu rosa blanda. ©

Del libro Oceanario.
Recitado en Radio UAI.

Celebración

Desnudos, como dos besos
entre tu boca y la mía,
igual que nubes de viento
que avanzan a la deriva.
Jauría de lobos negros,
tigres de rojas caricias,
con los colmillos de fuego
y el corazón de lascivia.
Nudo febril de los cuerpos,
juego de santa malicia,
como dos niños sedientos
con toda la sed ardida. ©


Del libro Oceanario. 
Pintura: Nicoletta Tomas Caravia.

Desgaje

Se deshacía en mis manos
con notarial fatalismo,
pulpa de frutos amargos,
de castidad y delirio.
Eran carbones sus labios
de un rojo fuego encendido,
en la vigilia del llanto
y en el umbral del estío.
Se deshacía en mis manos,
humo, tizón, espejismo
de paraísos pasados.
Bruma de besos marchitos,
como la estela de un barco.
Nada retuve conmigo. ©

Del libro Oceanario
Recitado en Radio UAI

jueves, 10 de agosto de 2017

Pira

Desnudos, hueso por hueso,
garganta, bocas, axilas,
el espiral de tu cuello,
tus muslos de arena fina;
la doble luna del pecho
debajo de tu camisa
y entre la lengua y el beso
el néctar de tu saliva.
Tigres de amor al acecho,
lobos de zarpas y espinas,
rojo volcán de tu cuerpo,
pira de carne encendida. ©

Del libro De diluvios y andenes.
Recitado en Radio UAI.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Seda y almendro

Mi boca como un cuchillo 
en el altar de tu pecho
de dictador apetito
y de carnal mandamiento.  
                                     Con hoja de doble filo,            
punta de seda y almendro,
como un canal de rocío
que corre por el desierto.
Labios que ayunan contigo,
beso de amores hambrientos,
la sed, la sed como un río 

y esta vigilia de almuerzo.

Del libro Oceanario.
Foto: Amanda.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Niño del hambre


"Tener hambre es la cosa primera que se aprende" (M. Hernández)

En la llaga del hambre cada día                    navega sobre un témpano de hielo,
pan ni peces lo aguardan en el cielo 
ni migajas de santa eucaristía.

Abstinencia de oscura rebeldía,
temblor de largo duelo,
dentellada de pulpa de pomelo
sobre su boca fría.
Pesarosa vigilia de sus dientes, 
voraces y abstinentes, 
al agobio del sol o la tormenta.
Evangelio de llanto con que ayuna
y en rigores de hambruna
con astillas de luna se alimenta.

 Del libro De diluvios y andenes.
Leído en el Tortoni y el Café Montserrat

martes, 1 de agosto de 2017

Musa rea


Con un aire gentil de mina rea
la musa de mis versos se abacana,
de bute, con desplantes de mengana
me deja de dorapa en la azotea.
Ortiva de vocales con piorrea
exhibe su carné de batilana,
mañana me promete que mañana
el verso subirá con la marea.
A fuerza de mentiras y deslices
me lleva el corazón de las narices
en tour dominical de escabio lerdo,
y a tranco milonguero de papusa,

jeringa de ser musa,
me larga a la bartola del recuerdo.

Del libro De lunfa somos.
(http://gattoenmascarado.blogspot.com/)