domingo, 11 de marzo de 2012

Olivos y cipreses



11 de marzo,
y la muerte que viaja
sobre los trenes.


Sólo queda la marcha de los meses,
como un dolor cautivo
de sangre sin cerrar, imperativo,
y un recuerdo de olivos y cipreses;
no hay milagro de panes ni de peces,
ni exorcismos de duelo curativo,
solamente la ley del explosivo
y un silencio de olivos y cipreses.
En aras del agravio y el espanto
marzo vuelvo a doler como hace tanto,
igual que tantas veces…
Agonía de sal en los andenes,
por cuantos y por quienes,
y un responso de olivos y cipreses.

(22 olivos y 170 cipreses, uno por cada muerte del 11 de marzo del 2004 en Madrid)

Incluído en el libro Llevarás en la piel.