sábado, 7 de junio de 2014

Casellas en el Tortoni



29 comentarios:

Carlos dijo...

A pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Estoy sentado
bajo el toldo tirante y empapado
de este viejo Tortoni conocido.
¡Cuántas veces, oh padre, habrás venido
de tus graves negocios fatigado,
a fumar un habano perfumado
y a jugar al tresillo consabido!
Melancólico, pobre, descubierto,
tu hijo te repite, padre muerto.
Suena la lluvia, núblanse mis ojos,
vomita el subterráneo alguna gente,
pregona diarios una voz doliente,
ruedan los grandes autobuses rojos.

Baldomero Fernández Moreno.

tita dijo...

Dificil para mi jajaja,pero ya te aplaudo por que sé que será genial,al menos disfruta amigo de lo que haces y de lo que estás consiguendo con tu trabajo y buen hacer.

Felicitaciones pasa tí Carlos sera hermoso seguro.

Un beso muy grande.

Carlos dijo...

Igual vas a estar presente, Ana.

Creo que va a estar muy lindo, muy disfrutable porque se tratará de picaresca lunfa como hicimos en la radio.

Un besote.

Carlos dijo...

Café Tortoni / Horacio Turner

Esquivando almanaques te rejuno
en tu yoyega rúa y chamuyante
y en tus mesas, con un deschave rante,
te escraché con los versos del ayuno.
Al moisés del recuerdo en que te acuno
le sacudo un plumero laburante:
veo claro a Quinquela marinante
y al AZUL que Rubén batió oportuno.
Entre fumata y gin, dueto y neblina
en tu bodega el OCRE de Alfonsina
al cuore gatilló y le hizo un buco.
Vos sos jovie Tortoni en la bohemia
– con tus orres finolis de Academia –
igual que el as de espadas para el truco.

Carlos dijo...

“Infinidad de veces, el sereno pasaje de una tarde me ha visto lápiz y papel en mano, garabatear palabras, detrás de la ventana de algún bar, mirando pasar la nada.
Casí diría que tal situación está en la estructura genética de los que llevamos tinta en la sangre, como una suerte de precepto evangélico imposible de eludir, lo mismo que rezar en misa, volver a enamorarnos cuando llueve o no apoyar los codos en la mesa”.

Carlos Casellas

Carlos dijo...

Literatura al paso / Carlos Casellas.

En un bar de agitado movimiento,
la pena inapetente del poeta,
escribe del dolor, hora completa,
con tinta de su aliento;
detrás de la ventana, la silueta
de una niña ligera como el viento
se cruza ante sus ojos y al momento,
"pasó el amor", anota en su libreta.
Con el alma en unción de desvarío
apunta sobre el margen de la hoja:
"la lluvia nos aleja y hace frío
y un otoño de besos se deshoja,
la lágrima de llanto que nos moja,
parece un escarmiento de rocío"

tita dijo...

Bien Carlos genial ,tal como lo describes te imagino,siempre lapiz y papel en mano escudriñandolo todo a tu alrededor y plasmandolo con tu sensibilidad en un soneto.

Seguro que sí que ésto para tí es como un evangelio.

Besos

Carlos dijo...

es así, Ana, aunque algunas veces, en estos tiempos de modernidad ando con una Ipad. :)

Beso.

(recibiste el libro??)

Carlos dijo...

Café Tortoni

"Arrellanado ante una mesa del Café Tortoni, siento que comparten mi pocillo los fantasmas..."


Edmundo Guibourg (recordado escritor, periodista y crítico de teatro)

Carlos dijo...

Un poco de historia: El Tortoni, paradigma del café porteño, abrió sus puertas en 1858. Fue en la esquina de Defensa y Moreno. Su propietario, un inmigrante francés de apellido Touan, tomó prestado el nombre de un centenario café parisino.
Dos décadas después, el Tortoni fue trasladado a la calle Esmeralda, justo frente al local de la Asistencia Pública, domicilio éste, en el que permaneció otros veinte años.
Su última dirección, Rivadavia 832 (posteriormente su entrada principal pasó a ser la de Av de Mayo 829), coincidió con un cambio de dueño. Ahora el nuevo propietario, también francés, era monsieur Celestin Curuchet.
El 25 de mayo de 1926, un grupo de intelectuales y artistas, capitaneados por Quinquela Martín, reunidos en la “Bodega” del ya legendario Café, firmaron el acta constitutiva de la Peña Asociación de Gente de Arte y Letras.

Desde entonces, el tango, parte innegable de la cultura de Buenos Aires, estuvo y sigue estando presente en el Tortoni. Por ejemplo la actuación, suficientemente documentada, de Carlos Gardel en la famosa Peña, fue en junio de 1927, en ocasión de brindársele un homenaje a Luigi Pirandello. Aquella noche, acompañado por sus guitarristas Guillermo Barbieri y José Ricardo, nuestro zorzal deslumbró al ilustre visitante.
Con el tiempo pasaron innumerables voces y orquestas tangueras por la Bodega y por el Palco del salón principal del café.
Por último, recordemos ahora un hecho de importancia en la historia del Tango, ocurrido también en el ámbito del Tortoni: en su subsuelo, a principios de 1932 debutó la “Orquesta Porteña” de Juan de Dios Filiberto. Y el tango con el que inició su actuación, fue Malevaje

La ubicación original era en Esmeralda y Rivadavia. En 1880 se trasladó a la actual. Cuando se abrió la Avenida de Mayo, fue necesario construir una fachada sobre la nueva arteria, trabajo que estuvo a cargo del arquitecto Alejandro Christophersen. Las mesas con turistas (a primera vista, la mayoría) alternan con las de los parroquianos locales. Los flashes no dejan de iluminar cada tanto el enorme salón, que alguna vez contó incluso con una peluquería, hoy convertida en sala de exposición. Antes de llegar al fondo, donde están los billares, Carlos Gardel, Alfonsina Storni y Jorge Luis Borges comparten una mesa.

Cuando se menciona al Tortoni es casi un acto reflejo enumerar a las personalidades que lo frecuentaron. Benito Quinquela Martín, Juan de Dios Filiberto, Alfonsina Storni, Marcelo T. De Alvear, Carlos Gardel, Federico García Lorca, Arturo Cuadrado, Luigi Pirandello, Conrado Nalé Roxlo, Xul Solar son algunos de los "fantasmas" a los que hace referencia Guibourg.

Carlos dijo...

Café Tortoni / Eduardo Ranea

Refugio de taepos nocturnales
que con feca atraían a las musas
inspirando sus versos, rantifusas,
culpables del esplín y de sus males.

En el «FECA TORTONI» y a raudales,
cantándole a las paicas y minusas,
brotaban las cuartetas con las fusas
alumbrando en un tango de arrabales.

Hoy como ayer sos feca de lumbreras,
de troesmas de música y de rima
que llenan servilletas con quimeras.

Que jamás tu existencia quede trunca
ni el alma de inmortales que te anima.
¡FECA TORTONI, no te mueras nunca!

Carlos dijo...

Lorca, cuando su visita a la Argentina, no solo visitó el Café Tortoni, sino que se hizo habitué cuando sus encuentros con la Generación del 27 no eran sólo formales, sino necesarias para el poeta. Allí, con Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges, entre otros, compartió tertulias y hasta hizo bocetos de su nueva obra a estrenar en Buenas Aires: Yerma. Tal vez fueron celos lo que le llevó a Borges decir del poeta granadino: “Lo que no me gusta de Lorca es que trabaja de andaluz todo el tiempo”.

Federico amaba Buenos Aires, tanto que en las cartas a su padre hay una muy significativa que pone:
“Buenos Aires es una ciudad maravillosa; es como me gustaría que fuera España: cosmopolita, llena de amigos, desprejuiciada, tumultuosa, desbordante de vida y de cultura. Mientras que en Madrid silban y patalean cuando no entienden una obra, en Buenos Aires te agradecen la dificultad, les gusta exigirse, son un público maravilloso. De Londres, de París y de Nueva York me fui casi disfrutando la partida, pero sufriré mucho al dejar Buenos Aires“.

Cuando Lorca fue detenido y fusilado por los falangistas en la noche del 19 al 20 de agosto de 1936 la noticia sacudido al mundo. En Argentina se puso la bandera a media hasta y se lo lloró con desconsuelo.

Federico no sólo tiene una calle en Buenos Aires (y otras tantas en diferentes lugares de la Argentina), algunas plazas y varios monumentos, sino que dejó su huella indeleble en el espíritu de todos los argentinos. Tanto que más de uno, con sonrisa socarrona, mientras te guiña un ojo te dice: “¿Lorca? Lorca es argentino, che”.

Carlos dijo...

Viejo Tortoni / Tango
Música: Eladia Blázquez
Letra: Héctor Negro

Se me hace que el palco llovizna recuerdos,
que allá en la Avenida se asoman, tal vez,
bohemios de antaño y que están volviendo
aquellos baluartes del viejo Café.

Tortoni de ahora, te habita aquel tiempo.
Historia que vive en tu muda pared.
Y un eco cercano de voces que fueron
se acoda en las mesas, cordial habitué.

Viejo Tortoni.
Refugio fiel
de la amistad junto al pocillo de café.
En este sótano de hoy, la magia sigue igual
y un duende nos recibe en el umbral.

Viejo Tortoni. En tu color
están Quinquela y el poema de Tuñón.
Y el tango aquel de Filiberto,
como vos, no ha muerto,
vive sin decir adiós.

Se me hace que escucho la voz de Carlitos,
desde esta "Bodega" que vuelve a vivir.
Que están Baldomero y aquel infinito
fervor de la "Peña", llegando hasta aquí.

Tortoni de ahora, tan joven y antiguo,
con algo de templo, de posta y de Bar.
Azul, recalada, si el fuego es el mismo,
¿quién dijo que acaso no sirve soñar?

Carlos dijo...

"El Gran Café Tortoni de Buenos Aires, situado en la Avenida de Mayo de la capital del Plata, ha cumplido ya 150 años de fidelidad a sus clientes… y a sus viejos y queridos fantasmas, que se acodan en el mostrador, antes de que el café abra sus puertas, para beber el aguardiente canalla de las madrugadas.
En el Tortoni se desintegra de noche la greguería de Ramón Gómez de la Serna: “Hay que tener cuidado con la noche, porque nada más empezar está borracha de vino triste”.
El Tortoni es una institución de Buenos Aires. Como el obelisco de la Plaza de la República, la estatua de El pensador de Rodin, frente al imponente edificio neoclásico barroco del Palacio de las Leyes, y los portones amplios, limpios y umbríos de los versos de Mario Binetti.
El viejo café, señorial y familiar a la vez, es el detalle de Buenos Aires que aproxima esta ciudad sudamericana, tan europea, a otras que también tienen cafés antañones y famosos.
El Gijón de Madrid, el Select hemingweyano de París, el “Have a coffe on a coffin” del Soho londinense –en el que bebía uno hace muchos años vino en porrón de cristal valenciano, codo a codo con Dirk Bogarde-, el Brasileira de Lisboa –con las telas amarillentas en los muros húmedos, que tan bien describió el periodista y café-maníaco Joao Portela- o el Greco de Roma, con el ectoplasma de D’Annunzio estampado en “bleu d’horizon” contra la puerta, como un aldabón.
Escritores más o menos malditos, empleados de las oficinas cercanas, señoras mayores que van a tomar el té, periodistas, hombres de negocios, turistas, truchimanes, “brokers”, abogados, pintores, estudiantes y otros ejemplares de la fauna urbana toman a diario el café Tortoni como quien toma la barbacana de un castillo.
Famosa fue La Peña del Tortoni, que integraron, entre otros, Quinquela Martín, Tomás Allende Inagorri, Augusto González Castro, Pedro Herreros, Celestino Fernández y Ricardo Viñas. Casi todos esos pintores, músicos y periodistas que acaudillaba Quinquela Martín, venían de La Cosechera de Avenida de Mayo y Perú.
Por el Tortoni desfilaron Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Jacinto Benavente –que comandaba en Madrid una tertulia de lujo en El Gato Negro-, Arthur Rubinstein, Alfonsina Storni, Luiggi Pirandello…
Fue tema de un tango, “Viejo Tortoni”, de Eladia Blázquez y Héctor Negro.
En su sótano se despliegan todo tipo de actividades artísticas: exposiciones de pintura, conferencias, presentaciones de libros, recitales…
El rítmico flujo y reflujo de las bolas de billar, al fondo. Veladores de mármol. Café caliente y cócteles. A la hora del té, pastelillos de crema con canela...."

Texto de José Luis Alvarez Fermosel. (el caballero español)

Carlos dijo...

Otro poco de historia: El primer café de Buenos Aires se abrió en 1799, en la actual esquina de Pte. Perón y San Martín; se llamó Café de los Catalanes (1799 - 1873). Y fue uno de los escenarios elegidos para las primeras manifestaciones antivirreynales; fue contemporáneo de la Revolución de Mayo; mientras que los súbditos del rey Fernando VII se reunían para conversar en el viejo Café de Marco (1801 - 1871). Parece que existía una pica bastante virulenta entre los parroquianos de Los Catalanes y los del Café de Marco, lugar vecino al solar que actualmente ocupa el Congreso Nacional (los Catalanes servía como tribuna política y competía con el de Marco, donde concurrían los morenistas, "muchachones perdidos y sin obligaciones" -según dijera Deán Funes, puntero del saavedrismo-, tales como Francisco Seguí, Lucio Mansilla o Julián Álvarez).

Carlos dijo...

Tangos y milongas sobre fecas.

En un feca
Tango 1924
Música: Autor anónimo
Letra: Autor anónimo

En un feca de atorrantes,
rodeado de escabiadores,
un malevo sus amores
rememora sollozante.
En tanto, los musicantes
pul...
pulsando los instrumentos
lle...
llenan de tristes acentos
el feca tan concurrido
donde chorros aguerridos
triste sue...
triste sueñan con el vento.

Con tu pinta de diquera
me hici...
me hiciste mucho aspamento,
me trabajaste de cuento,
como a un otario cualquiera.
Y de la misma manera
me hici...
me hiciste tirar la daga
y pa' colmo de mi plaga
yo punguié por tu cariño,
me engrupiste como a un niño
pero esa...
pero esa deuda se paga.

Como tu fin ya está escrito,
fácil es de imaginar,
muy pronto irás a parar
a manos de un compadrito.
Y cuando ya esté marchito
ese...
ese cuerpo compadrón
algún...
algún oscuro botón
será el llamao a cargarte,
nadie quiere el estandarte
si es lun...
si es lunga la procesión.

Carlos dijo...

El último café

Tango
Música:Héctor Stamponi
Letra: Cátulo Castillo

Llega tu recuerdo en torbellino,
vuelve en el otoño a atardecer
miro la garúa, y mientras miro,
gira la cuchara de café.

Del último café
que tus labios con frío,
pidieron esa vez
con la voz de un suspiro.

Recuerdo tu desdén,
te evoco sin razón,
te escucho sin que estés.
"Lo nuestro terminó",
dijiste en un adiós
de azúcar y de hiel...

¡Lo mismo que el café,
que el amor, que el olvido!
Que el vértigo final
de un rencor sin porqué...

Y allí, con tu impiedad,
me vi morir de pie,
medí tu vanidad
y entonces comprendí mi soledad
sin para qué...

Llovía y te ofrecí, ¡el último café!

Rembrandt dijo...

Esta es una entrada espectacular estimadísimo Poeta, los que como yo por ahí somos un tanto legos en el tema nos ha servido para desasnarnos y conocer un poco más la rica historia de un lugar tan emblemático. He tenido el placer de tomarme un cafecito ahí en alguna que otra ocasión y nunca me canso de observar todo lo que allí hay, emoción a flor de piel cuando pienso quienes fueron sus asiduos visitantes. Que quiere que le diga, lo imagino y se me pianta un lagrimón especialmente por Federico.

Rembrandt dijo...

....Y para "Lunfardo de a dos" le deseo lo mejor, como dicen los franceses mucha m… y que sigan los éxitos !!!
Lo abrazo y mi admiración de siempre querido Poeta amigo.

REM

Carlos dijo...

Muchas gracias mi querida Rem, la idea es pasar un momento entretenido en un lugar tan mágico, entre poemas y canciones.

Un beso muy grande.

tita dijo...

Mas tarde leere todo tranquilamente
es la hora de la comida jajaja,pero queria decirte que no recibi ningun libro,no se a que te refieres.
Un beso

Carlos dijo...

La hora de la comida es segrada. :). Ahí te reenvié un correo. Un beso.

Patricia 333 dijo...

11 de Junio :( llegue tarde

Se que te fue de maravilla y eso me alegra

Besos con cariño

Carlos dijo...

Lo del Tortoni fue maravilloso, por el recibimiento de la gente, por la calidad del espectáculo que montamos, por el lugar, por el día, a pesar de la lluvia, por el lunfa, por todo.

(pasa que soy un muchachito que se hace querer)

Suerte para México hoy.

Patricia 333 dijo...

Carlosssssssssss :) Mexico jugo genial ....

SIiiii tu eres un chico que se hace querer y ademas uno no olvida a un chico como vos :)

Carlos dijo...

Si, jugó muy bien y casi seguro pase de ronda.

Soy lo que se dice un hombre inolvidable. ;)

Patricia 333 dijo...

;) Si lo eres

Patricia 333 dijo...

:( perdio Mèxico :(

Carlos dijo...

Perdió si, y es doloroso, pero hay que reconocer que jugaron con dignidad y entrega, empataron con Brasil, casi dejan a Holanda afuera.

El fútbol es simplemente un deporte, y no hay que dejarse llevar por estas euforias o desencantos terribles, cuando en realidad la vida pasa por otro lado.

El mundo sigue rodando y ya habrá nuevos mundiales.