martes, 23 de abril de 2019
Ardías desde el hambre de los labios
hasta la miel caliente de tus ojos,
lo mismo que una flor en carne viva
sembrada en el confín del universo.
Ardor ceremonial que te consume
en estruendo de luces de bengala,
portando en el solsticio de las ingles
un soplo de pasión que te vulnera.
Brasa azul de tu vientre,
fulgías de manera prodigiosa
en un tórrido escándalo de llama.
Igual que el fatalismo perentorio
de un fuego inagotable
ardiendo en el verano de tu boca. ©
Del libro Llevarás en la piel
Recitado en el Café Montserrat y en la APL
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