miércoles, 30 de octubre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
Final del cuento
Arunas Rukus
Pena y hastío
de tu beso y el mío,
gris melodrama,
terco desvelo
de confundir el cielo
con nuestra cama.
Vana porfía
de tu boca en la mía,
tristeza rubia,
cariño vano
de negarnos la mano
bajo la lluvia.
Beso cobarde
sobre el fin de la tarde
de cada día,
derramadero
de lágrimas de enero,
melancolía.
Luna de hieles,
funeral de claveles
de rojo espanto,
promesa rota
de contar cada gota
de cada llanto.
Paciencia hueca
de girar en la rueca
de un sentimiento.
Ya no te quiero,
ni a la izquierda del cero.
Final del cuento.
Del libro Oceanario.
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Carlos
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1:46 a.m.
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miércoles, 23 de octubre de 2013
Providencia divina
En un feca cualunque de La Mancha,
de antiguo mobiliario,
un sujeto de porte literario,
planea un escenario de revancha.
La noche suburbial se desarrancha
con paso rutinario,
bajo un cielo de tinte solitario
y una luna final, redonda y ancha.
En un pelpa de block cuadriculado
anota ciertas cosas del pasado,
consentidas por Sancho y Rocinante.
A la grupa del pingo, tungo viejo,
fabula con las pompas del cortejo
y el descanso del alma, Dios mediante. ©
Del libro Oceanario
Recitado en el café Montserrat y en la APL
Imagen: Angelines
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Carlos
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4:59 p.m.
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jueves, 17 de octubre de 2013
viernes, 11 de octubre de 2013
Lisboa
Ernest Descals Pujol
Permítaseme un pecado de vanidad (total somos pocos)
Relato / Cuadro de situación:
Lugar: Luna Park, Pancho Varona (guitarrista insurgente de Sabina), cruza de su camarín al camarín de Joaquín Sabina con un ejemplar de mi libro "De diluvios y andenes", se lo entrega e intercambian algunos comentarios, luego lo deja leyendo.
Pasan diez minutos y Joaquín lo llama a Pancho a los gritos, Varona acude presuroso y el Flaco le hace leer en voz alta el soneto "Lisboa", cuando lo termina de leer Joaquín le dice: —Ves, esa es una canción perfecta.
Telón lento.
(Fuente: Pancho Varona dixit).
Lisboa
Lisboa de saudades y tranvías,
con sus estrechas calles y su fado
y el son cuadriculado
de sus días,
su río horizontal de lejanías,
su cielo azulejado
y un aire de nostalgia en su costado,
de tristes alegrías,
su luna de art decó, su sol moruno,
la pena del ayuno de sus horas,
su bautismo de mar, sus oraciones
y la ropa tendida en los balcones,
como banderas moras.
Del libro De diluvios y andenes.
Permítaseme un pecado de vanidad (total somos pocos)
Relato / Cuadro de situación:
Lugar: Luna Park, Pancho Varona (guitarrista insurgente de Sabina), cruza de su camarín al camarín de Joaquín Sabina con un ejemplar de mi libro "De diluvios y andenes", se lo entrega e intercambian algunos comentarios, luego lo deja leyendo.
Pasan diez minutos y Joaquín lo llama a Pancho a los gritos, Varona acude presuroso y el Flaco le hace leer en voz alta el soneto "Lisboa", cuando lo termina de leer Joaquín le dice: —Ves, esa es una canción perfecta.
Telón lento.
(Fuente: Pancho Varona dixit).
Lisboa
Lisboa de saudades y tranvías,
con sus estrechas calles y su fado
y el son cuadriculado
de sus días,
su río horizontal de lejanías,
su cielo azulejado
y un aire de nostalgia en su costado,
de tristes alegrías,
su luna de art decó, su sol moruno,
la pena del ayuno de sus horas,
su bautismo de mar, sus oraciones
y la ropa tendida en los balcones,
como banderas moras.
Del libro De diluvios y andenes.
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Carlos
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10:00 a.m.
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jueves, 3 de octubre de 2013
Con daños a terceros
De la Serie Lunfa "Con daños a terceros'.
Encamote
La historia de la rusa y el gallego
venía mal parida,
parece que la nami, desvestida,
ardía como un trópico de fuego;
el gaita, mujeriego,
pasado de falopa y de bebida,
con hervores de sangre contenida
le propuso jugar al gallo ciego;
adúlteros los dos y desmedidos
se embisten a gemidos
en la rante penumbra de la pieza,
fatídica mañana,
el novio de la gringa que era cana
apuntó sin dudar a la cabeza.
Del libro De diluvios y andenes.
Encamote
La historia de la rusa y el gallego
venía mal parida,
parece que la nami, desvestida,
ardía como un trópico de fuego;
el gaita, mujeriego,
pasado de falopa y de bebida,
con hervores de sangre contenida
le propuso jugar al gallo ciego;
adúlteros los dos y desmedidos
se embisten a gemidos
en la rante penumbra de la pieza,
fatídica mañana,
el novio de la gringa que era cana
apuntó sin dudar a la cabeza.
Del libro De diluvios y andenes.
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Carlos
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2:41 p.m.
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sábado, 21 de septiembre de 2013
Universo de tangos
Amasijo
Entreabrió la tapuer del conventillo
y la encontró desnuda con el quía,
si parecía un nudo, parecía,
de cuello con tobillo;
con el dedo en la punta del gatillo
tiró con enconada alevosía,
cuatro balas de curda puntería
enlutaron el aire del pasillo;
desde un cielo de zinc la luna rea,
con rango de albacea,
tembló desde el eclipse de sus huesos,
él con fulo dolor cargó el bufoso,
desabrazó a la mina de aquel coso
y se voló la tapa de los sesos.
Del libro De diluvios y andenes.
Entreabrió la tapuer del conventillo
y la encontró desnuda con el quía,
si parecía un nudo, parecía,
de cuello con tobillo;
con el dedo en la punta del gatillo
tiró con enconada alevosía,
cuatro balas de curda puntería
enlutaron el aire del pasillo;
desde un cielo de zinc la luna rea,
con rango de albacea,
tembló desde el eclipse de sus huesos,
él con fulo dolor cargó el bufoso,
desabrazó a la mina de aquel coso
y se voló la tapa de los sesos.
Del libro De diluvios y andenes.
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11:31 a.m.
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miércoles, 11 de septiembre de 2013
Postal de tiempos idos
Moisés Bedate
Era un rante yotivenco suburbano,
con dos tauras y una grela enamorada,
un taquero vigilando la parada
y un garabo con el fueye de la mano,
un simposio de yoyegas, un paisano,
cuatro rusos, dos franchutes, la tanada,
una puerta de cancel, desvencijada,
y el recuerdo de otro cielo, más lejano,
un cafiolo y una mina calandraca
que se acuesta con cualquiera, gratarola,
y un ortiva batidor de medio pelo,
una piba que le baten la polaca,
un parral, una farola
y la luna de redondo desconsuelo.
Del libro De diluvios y andenes.
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Carlos
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9:26 a.m.
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lunes, 9 de septiembre de 2013
jueves, 5 de septiembre de 2013
Ajuar
Fabián Pérez
Benditos los cajones de tu pieza
que guardan la nocturna lencería
y el raso de la blanca epifanía
que adorna tu belleza;
vestuario de sutil delicadeza
urdido con hilván de hechicería,
ropaje religioso de ambrosía,
ajuar de niña alteza;
bendito el universo del bordado
y el viento delicado que desnuda
las célibes puntillas de tu traje,
la seda lujuriosa del pecado,
el oro de tu muda
y el fausto sortilegio del encaje.
Del libro De diluvios y andenes.
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Carlos
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9:00 p.m.
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lunes, 12 de agosto de 2013
Casellas va a la milonga
Me han invitado a chamuyar un poquito del lunfardo en la Milonga de la Misteriosa, en el barrio taura de San Cristóbal, para cerrar luego la charla con el recitado de alguno de mis sonetos lunfas.
Esto será en la última hora del día de mañana, antes que los bailarines le saquen viruta al piso.
Isa Carlitos.
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Carlos
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8:49 p.m.
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miércoles, 7 de agosto de 2013
Sorpresas te da la vida
Amasijo
Entreabrió la tapuer del conventillo
y la encontró desnuda con el quía,
si parecía un nudo, parecía,
de cuello con tobillo;
con el dedo en la punta del gatillo
tiró con enconada alevosía,
cuatro balas de curda puntería
enlutaron el ancho del pasillo.
Desde un cielo de zinc, la luna rea,
con rango de albacea,
tembló desde el eclipse de sus huesos,
él, con fulo dolor cargó el bufoso,
desabrazó a la mina de aquel coso
y se voló la tapa de los sesos.
Del libro De diluvios y andenes.
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Carlos
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7:00 a.m.
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miércoles, 31 de julio de 2013
jueves, 25 de julio de 2013
jueves, 11 de julio de 2013
Final
"Pichuco" x Pablo Carrasco
El último luthier de bandoneones,
con ojeras de otoño,
repite los compases monocordes
de un tango sin escalas ni retorno;
es tiempo de partir, ¿quién sabe dónde?,
cansado de llevar sobre los hombros
el peso desmedido de la noche,
igual que un llanto sordo.
En el pulso rugoso de sus dedos,
con diluvial tristeza,
se astilla la milonga del recuerdo...
La muerte es un estuario sin estrellas,
y tal vez haya un cielo
de nubes ordenadas como teclas.
Del Libro Oceanario.
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Carlos
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3:19 p.m.
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