martes, 6 de enero de 2015

Niño de la luna

y tres reyes gatos
roban sus zapatos... (H. Ferrer)

Con énfasis de ovillo
se tiende en el portal de alguna esquina
y vano de esperanzas se amotina
con el sello del hambre en el orillo;
en el hueco raído del bolsillo
le sangra el universo de una espina
y el miedo que lo inclina
lo sigue como un perro lazarillo.
Sin canciones de cuna,
la noche es un escándalo de frío
y el alba una tristeza inoportuna;
ese niño también es algo mío
y no hay lumbre de luna
que vele su escarmiento de rocío.

Del libro De diluvios y andenes (incluído en la "Antología solidaria" / Artistas por Haití)
Pintura: Juanito Laguna de Antonio Berni.

14 comentarios:

Carlos dijo...

ese niño también es algo mío...

Carlos dijo...

Chiquilín de Bachín


Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer
(vals)

Por las noches, cara sucia
de angelito con bluyín,
vende rosas por las mesas
del boliche de Bachín.

Si la luna brilla
sobre la parrilla,
come luna y pan de hollín.

Cada día en su tristeza
que no quiere amanecer,
lo madruga un seis de enero
con la estrella del revés,
y tres reyes gatos
roban sus zapatos,
uno izquierdo y el otro ¡también!

Chiquilín,
dame un ramo de voz,
así salgo a vender
mis vergüenzas en flor.
Baleáme con tres rosas
que duelan a cuenta
del hambre que no te entendí,
Chiquilín.

Cuando el sol pone a los pibes
delantales de aprender,
él aprende cuánto cero
le quedaba por saber.
Y a su madre mira,
yira que te yira,
pero no la quiere ver.

Cada aurora, en la basura,
con un pan y un tallarín,
se fabrica un barrilete
para irse ¡y sigue aquí!
Es un hombre extraño,
niño de mil años,
que por dentro le enreda el piolín.

Chiquilín,
dame un ramo de voz,
así salgo a vender
mis vergüenzas en flor.
Baleáme con tres rosas
que duelan a cuenta
del hambre que no te entendí,
Chiquilín.

Carlos dijo...

El violín de Becho / Alfredo Zitarrosa



Becho toca el violín en la orquesta,
cara de chiquilín sin maestra,
y la orquesta no sirve, no tiene
más que un solo violín que le duele.

Porque a Becho le duelen violines
que son como su amor, chiquilines;
Becho quiere un violín que sea hombre,
que al dolor y al amor no los nombre.

Becho tiene un violín que no ama,
pero siente que el violín lo llama;
por la noche como arrepentido,
vuelve a amar ese triste sonido.

Mariposa marrón de madera,
niño violín que se desespera,
cuando Becho no toca y se calma,
queda el violín sonando en su alma.

Porque a Becho le duelen violines
que son como su amor, chiquilines;
Becho quiere un violín que sea hombre,
que al dolor y al amor no los nombre.

Vida y muerte, violín, padre y madre;
canta el violín y Becho es el aire;
ya no puede tocar en la orquesta,
porque amar y cantar eso cuesta.

Carlos dijo...

Serie "Juanito Laguna" / Antonio Berni

A principios de la década del 50, Antonio Berni recorrió varios pueblos de Santiago del Estero, provincia de la República Argentina.

Allí conoció a los chicos de la pobreza. A muchos de ellos los pintó, y les dio nombre en forma individual, pero nunca como hasta ese momento, había bautizado a toda una serie de pinturas con un nombre...

Berni quiso con Juanito crear un arquetipo que representara a todos los chicos que él conoció. Nunca se supo con certeza porqué eligió el nombre "Juanito".

Juanito aparece en la pintura de Berni en la década del 60 y en parte de la siguiente. Decía Berni que surgió en él a fines de 1958.

Fue presentado en la Galería Witcomb, entre el 6 al 18 de noviembre de 1961.

Juanito vive en una Villa, la del Bajo Flores.

Berni conoce la Villa, la observa, la fotografía: analiza los espacios y su gente.

Juanito podría ser el hijo de uno de esos migrantes o de uno de los "Manifestantes" que aparece en su óleo, o de un "Desocupado" o de algún "Chacarero".

También podría ser el nieto de algún inmigrante, habitante del conventillo o del inmigrante que sólo pudo alojarse en las casuchas que se levantaron alrededor del Puerto Nuevo.

Carlos dijo...

Con Juanito, Berni volvió a usar la técnica del Collage que ya había experimentado en los años 30.

El Collage será su lenguaje, a la manera de Matisse de la década del 40 y 50.

Para crearlo, Berni utilizó los materiales que estaban en el espacio donde vivía Juanito. Todo aquello que la gran ciudad desecha y que sin embargo la villa aprovecha.

"Juanito Laguna" constituye una serie discontinua. Berni no seguirá la cronología de Juanito.

Lo pintará sin seguir el orden de su crecimiento.

Creará episodios que protagoniza Juanito y su familia y el mundo próximo y lejano que lo rodea.

Esta serie finalizará en 1978.

Carlos dijo...

Antonio Berni no sólo reflejó la vida de un chico de villa en la pintura, también lo hizo a través de la escritura.

Lo retrató en el cuento "El viaje", difundido por "La Opinión Cultural", el 10 de agosto de 1975. En él relata el traslado de Lucía con su hijo mayor, Juanito desde un rancho ubicado en las cercanías de la Laguna de Coronda, en la provincia de Santa Fe, hasta una villa en el gran Buenos Aires, la Villa Tachito.

Según lo manifestado por Berni "Juanito Laguna es un símbolo que yo agito para sacudir la conciencia de la gente...", "Quiero que para nadie sea un pobre chico sino un chico pobre..."

Carlos dijo...

Las barcas desiertas / Miguel Hernández

LAS ABARCAS DESIERTAS

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda la gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y un mundo de miel.

Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

Carlos dijo...


Juanito Laguna remonta un barrilete

(Hamlet Lima Quintana - René Cosentino)

Si Juanito Laguna llega a la nube
es el viento que viene, lo ama y lo sube,
es el nombre Juanito en la cañada
es el nombre Laguna, casi no es nada.

Corazones de trapo sueñan la cola.
Palomita torcaza su cara sola,
si Juanito Laguna sube y se queda
es, tal vez, porque puede, puede que pueda.

¡Ay! Juanito Laguna
Volará el barrilete con tu fortuna.

Con el viento la caña silba una huella
y la huella se pierde, Juanito en ella.
Si Juanito Laguna le presta un sueño
es el canto que sube hasta su dueño.

Es un ojo en el aire, es carta y sobre:
Barrilete Laguna, Juanito Pobre.
Si Juanito Laguna sueña conmigo
volveré en barrilete para mi amigo.

Carlos dijo...

Juanito Laguna se salva de la inundación

(Jaime Dávalos - Eduardo Falú)

Cuando lentamente viene la corriente
y asalta las islas,
aguas sublevadas de las marejadas
cubren la región.

En la correntada turbia y encrespada
van a la deriva,
entre la resaca, árboles que arranca
de cuajo el torrente, minuciosamente
se imponen las aguas de la inundación.

El islero siente resignadamente
que su pobre vida
queda acorralada como su ranchada
sobre un albardón,
su suerte está echada en esta anegada
soledad perdida,
en donde la lluvia de invierno diluvia
y la sudestada mantiene empacada
la furia inocente de la inundación.

Juanito Laguna, mirando la luna
que se hizo con agua
y las crestonadas que al norte en bandadas
emigrando van,
en su barro tierno de dolor eterno,
medroso presiente
que en aquel invierno vendrá la creciente
dejando sin rancho, desnuda la gente,
sembrando en las islas la devastación.

Carlos dijo...


El Mundo Prometido A Juanito Laguna

Armando Tejada Gomez / Cesar Isella

El cielo de zinc de Buenos Aires
agrisa las villas de cartón.
Juanito Laguna es la niñez
de ese color, de ese color, de ese color.

Arrorró mi sol. Todos los niños
traen bajo el brazo un sueño-pan,
mundo prometido a su candor,
que su candor de niño y Juan
no entenderá.

No se me vaya a dormir,
Juanito del sueño-pan,
que al sueño del niño pobre
lo vela la soledad.
Arrorró, que no hay harina
y si te duermes, vendrá
el diablo de la laguna
a morder, a quemar
la asombrada ternura del pan.

Todo niño es Juan. Todos los niños
juegan con Juanito a despertar.
Rondan en sus rondas y después
despiertan Juan, despiertan Juan, despiertan Juan.

Arrorró, mi Juan de todas partes,
porque tu niñez despertará
con un pueblo Juan
de colmena y palomar.

Arrorró, mi pobre Juan, por tu pan.
Vas de amanecer y vendrás
de las entrañas de Juan
horneando el pan de la paz.
Juan, yo he sido niño y tú, Juan
y con tu niño y mi pan
cantará el sueño de Juan.

Vas de amanecer y vendrás
de las entrañas de Juan
horneando el pan de la paz.

Tita dijo...

Que linda tu entrada Carlos, tu soneto ya lo recuerdo ,es de una ternura y una tristeza que emociona, como para la causa que lo escribiste,siempre sera todo poco por los niños que están sufriendo.

Que genial esa pintura ,como refleja esa tristeza me encanta.

Besotes

Carlos dijo...

Gracias Ana, si, es triste y no pierde actualidad porque el mundo está lleno de Juanitos Lagunas.

Antonio Berni es una maravilla y su serie de pinturas de Juanito Laguna, conmueve y a su vez lastima.

Un beso grande.

Rembrandt dijo...

"...Sin canciones de cuna,
la noche es un escándalo de frío
y el alba una tristeza inoportuna;
ese niño también es algo mío
y no hay lumbre de luna
que vele su escarmiento de rocío."

Cuando la tristeza toca nuestra puerta además de pan y agua hay que abrir nuestro corazón una caricia una sonrisa tbn sirven a este niño, nada como sentir el afecto de otro ser.

Mi estimado Poeta sus letras tan sentidas tocan una realidad tan vieja como el mundo y duele o debería dolernos a todos, algún día esto cambiará o será que injustiça não tem fim?

REM


Hay un niño en la calle

Es honra de los hombres proteger lo que crece
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco
Su increíble aventura de pan y chocolate.
Transitar sus países de bandidos y tesoros
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil ensayar en la tierra la alegría y el canto,
De otro modo es absurdo
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.
Armando Tejada Gomez

Carlos dijo...

Ojalá que algún día termine, Rembrandt, pero a esta altura del partido yo ya soy un descreído serial.

Cada niño en la calle es un poco nuestro.

En Diluvios, donde está este poema, lo precede una línea del verso de Armando Tejada Gomez:

"No debe andar el mundo con el amor descalzo".