miércoles, 29 de abril de 2015

Caricia rota

Renegarás del aire y del estío,
de mi boca que fue cincel y llama,
de la gota de sal que se derrama
y el llanto de rocío,
de la lluvia y el témpano de frío,
del mar contra la quilla de tu cama,
de mi mano que ya no te reclama
con rojo desvarío;
de la pena de ser caricia rota,
del pez y la gaviota,
del árbol, de la flor, del beso dado,
del reguero de espuma por la orilla,
de no ser la costilla
en mi costado.

Del libro Oceanario.

17 comentarios:

Carlos dijo...

de no ser la costilla en mi costado...

Tita dijo...

Que maravilloso soneto,me dejaste enamorada de él,cada linea es un lujo.

Que se puede destacar de este soneto Carlos? si todo él es una belleza,me encanta,felicidades poeta.

Un besote.

Carlos dijo...

Gracias Ana, historias de desamoes, de desencuentros, de renegar de aquello que en otros tiempos fue importante. Lo cierto, como digo en otro poema nadie olvida de oficio.

Un beso grande.

Carlos dijo...

Del mar contra la quilla de tu cama.,,

Carlos dijo...

La prédica va dando frutos, por lo menos ya hay un reconocimiento acerca de lo que no se es, aunque todavía suena a argumento oportunista.

Cecilia Orrillo dijo...

Desconjuro de esa caricia rota.
https://www.youtube.com/watch?v=FROrW7QVB0A

Carlos dijo...

Tal vez el Nano, con su canción más bella, pueda desconjurar caricias rotas. Si no es él, no veo quien. :)

Un beso.

Carlos dijo...

de mi boca que fue cincel y llama...

Cecilia Orrillo dijo...

Alfonsina quizas con su mirada de mujer
Capricho 2

Alfonsina Storni

Escrútame los ojos sorpréndeme la boca,
sujeta entre tus manos esta cabeza loca;
dame a beber veneno, el malvado veneno
que moja los labios a pesar de ser bueno.

Pero no me preguntes, no me preguntes nada
de por qué lloré tanto en la noche pasada;
las mujeres lloramos sin saber, porque sí.
Es esto de los llantos pasaje baladí.

Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,
un mar un poco torpe, ligeramente oculto,
que se asoma a los ojos con bastante frecuencia
y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.

No preguntes amado, lo debes sospechar:
en la noche pasada no estaba quieto el mar.
Nada más. Tempestades que las trae y las lleva
un viento que nos marca cada vez costa nueva.

Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero,
nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.
Luz de cristalería, fruto de carnaval
decorado en escamas de serpientes del mal.

Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:
deseamos y gustamos la miel en cada copa
y en el cerebro habemos un poquito de estopa.

Bien. No, no me preguntes. Torpeza de mujer,
capricho, amado mío, capricho debe ser.
Oh, déjame que ría. ¿No ves que tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame una rosa.

Carlos dijo...

Bella Alfonsina y bello su modo de decir. Será porque las mujeres llevan dentro un mar oculto.

Cecilia Orrillo dijo...

Bello el poema.

Mar y ella dijo...

Buena cosas esto de los desencuentros.De renegar de aquello que te hizo feliz......Pero bueno si me pone feliz leer tus escritos.
Un beso encontrado.

Carlos dijo...

Gracias Cecilia, me queda una duda, si te refieres al poema de Alfonsina, es bello, muy bello por cierto, si haces referencia a mi poema, me alegra mucho que te haya gustado. :)

Carlos dijo...

Mariella, tal vez en el fondo, renegar de aquellas cosas que alguna vez fueron tan importantes para uno, no sea más que un ejercicio de defensa, y desde ese punto de vista, renegar sea, de alguna manera, la antesala del olvido.

Un beso.

Carlos dijo...

de la lluvia y el témpano de frío...

Mar y ella dijo...

Tal vez..,..,

Carlos dijo...

:)