martes, 19 de diciembre de 2017

Los amantes del círculo polar

"Nunca tuve el corazón tan rojo"

Otto y Ana, redondos de tristeza,
desde el alma a los huesos,
en un cerco de lágrimas y besos
se quitan el sayal de la corteza.
Desnudos en la estepa de la pieza,
volcánicos y espesos,
en eclipse de llantos y regresos
se buscan con febril delicadeza.
Presagio de conjuras y de sinos,
enlace de destinos
y aviones de papel por la ventana.
Trajín de un sueño roto,
el círculo polar, Finlandia, Otto,
y la muerte de Dios, la muerte y Ana. ©

Del libro de poemas De diluvios y andenes.
Fotograma de la película.

28 comentarios:

Carlos dijo...

Desde el alma a los huesos.

Carlos dijo...

Durante un tiempo, tuve el berretín de intentar meter la trama argumental de una peli dentro de un soneto. Tarea compleja de por si, si ya es difícil escribir un soneto como tal, con lo intricado que este resulta, ajustar el argumento de un peli a su estructura, me dio, recuerdo, bastantes dolores de cabeza.

Bueno, habré escrito unos 20, algunos rescatables (me gusta mucho una versión que hice de Casablanca en lunfa, por ejemplo, que creo bajé por aquí) otros no, y aquí les dejo este. Vale la pena realmente ver la película.

Besos y abrazos.

Carlos dijo...

Para los rostros indelebles / Milagros Amondaray.

Hay cosas predestinadas a acompañarlo a uno toda la vida. Puede ser una tragedia, puede ser el peso de una decisión, puede ser una circunstancia inmodificable o puede ser, como lo es casi siempre, solo un momento.

El amor en un momento. En una realidad donde la mayoría vamos siendo empujados por la rutina, el consumismo, las pautas que nos aseguren cierto modo de vida que nos satisfaga, el rostro de alguien, su presencia indeleble y romántica, se erige como algo que contrarresta ese vértigo, se opone a lo concreto y se configura como un ideal poético.

Carlos dijo...

En una entrevista, Adolfo Bioy Casares trazó una línea divisoria entre el universo de las posesiones y el de los desprendimientos, como refiriéndose a la escritura desde una postura casi espiritual: “Hay dos comunidades parejas en el mundo. Una es la de los que buscan felicidades que cesan con la posesión, que son las personas que trabajan en empresas, y producen las cosas que consumimos los otros. La otra comunidad, en cambio, es la de las personas como yo, que tratamos de buscar felicidades que van más allá de la posesión. De esto, doy un ejemplo: la poesía. Si uno sabe un poema, va toda la vida con él”.

Es una reflexión hermosa. El convivir con todo lo que se alojó en nuestra mente (la escena de una película, el fragmento de una canción, o un poema como dijo Bioy), todo eso que sale a la luz en instantes precisos, porque otro impulso lo activó, porque hubo algo que le devolvió vida, o lo despertó de un sueño.

A fin de cuentas, son incorporaciones que están siempre semidormidas, que efectivamente van toda la vida con nosotros, aunque no siempre vuelvan, aunque no siempre se resignifiquen.

Carlos dijo...

Me atrevo a hacer extensivo el ejemplo de Bioy a esos rostros que persisten, o quizás a uno solo, al del gran amor. Y por “gran amor” no aludo a uno idealista sino más bien a ese que también se podría ubicar en la vereda opuesta al de la posesión concreta, porque es aquel al que se lo posee en el recuerdo.

El que es imprescindible sí, pero que puede no estar y, sin embargo, yace dentro, como ese poema, como diciendo: “no te necesito para amarte, vas a ir toda la vida conmigo”.

Los amantes del círculo polar es una de las películas más intencionalmente simétricas de Julio Medem, con una poesía menos ruidosa, menos barroca que la de Habitación en Roma y con una carga sexual más atenuada en contraposición a Lucía y el sexo o Caótica Ana.

Es una película sobre ese gran amor que nos acompaña con persistencia y en ausencia, en distintos puntos geográficos (Medem lleva este planteo a los extremos para cerrar el relato en Finlandia, en el borde del círculo polar), y como un secreto bien guardado.

Carlos dijo...

Desde el inicio comprendemos que el vínculo entre Otto y Ana, ese de “la vida en capicúa”, es uno geométrico, y Medem aplica esa geometría a los puntos de vista (el primer contacto visual, el primer beso, el primer encuentro sexual, todo se observa desde dos perspectivas) y a la puesta en escena.

El film comienza y termina de igual manera, hay sentencias que se repiten en sincronía (“mi vida solo ha dado la vuelta una vez y no del todo, falta lo más importante”, “estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande y eso que las he tenido de muchas clases, podría contar mi vida uniendo casualidades”) pero hay, por sobre todo, un trayecto constante de un mundo a otro (del más poético y esperanzador al más realista y crudo), eso que tan bien le sale a Medem, que es tan imperceptible como sobrecogedor.

Carlos dijo...

El director está explorando en simultáneo dos universos que no solo son los de Otto y Ana, sino los del destino y las casualidades.

Lo que está inevitablemente encadenado y lo que es simplemente inevitable. “Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa, o llegan antes. Me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío” dice Ana. Y así la lógica interna de la película se vuelve irrefutable. La pasión, el amor, el rojo, el corazón, lo que late de manera rabiosa e incesante, lo que debe escucharse (“Estar enamorada no es fácil. No basta con desearlo. Hay que oírlo”) está supeditado a un clima oscuro, denso, que congela, hiere, lastima. Y si el contexto es ese, no es solo por la simetría, es también porque Los amantes del círculo polar es, intrínsecamente, la historia de un desencuentro definitorio.

“Una tarde de mucho frío leí una pregunta de amor, demasiado bonita para la letra de un niño”, evoca Ana. “He escrito tantas veces su nombre dentro” asegura Otto. Ambos recuerdan, siempre vuelven a ese momento en que un simple hecho (una pelota que se fue lejos) provocó otro (la colisión de ambos).

Pero la vida es implacable. Medem lo sabe, pone, valiente, y en palabras de sus personajes, reflexiones sobre la caducidad, sobre el tiempo y su naturaleza lapidaria, y sobre cómo el amor tampoco está a salvo de la destrucción por un número de acciones hilvanadas.

Como ya he señalado, Medem siempre se caracterizó por la creación de dos mundos a la vez, por “contemplar varios sitios”, uno más real y reconocible y otro que funcione como contraste

Carlos dijo...

Aquí lo hace, especialmente, sobre el final, cuando un suceso repentino y trágico obliga a imaginar otro que se le oponga.

“Si se llama románticos a los que sueñan, yo soy una romántica. Soñaremos tranquilamente los dos solos cuando sea el momento de soñar. Salvo en ese valioso momento, no saldré de la cocina ni de esos sitios donde hay que ser realista, solemne, serio” escribió Anaïs Nin.

Como Bioy, ella no se refería a la comunión con otra persona sino con la palabra. Con Los amantes del círculo polar, Medem también nos está forzando a pensar en otro escenario, ese en el que podamos olvidar lo que su película nos dice a los gritos, pero también con la mirada (“Otto en los ojos de Ana”): lo que fue desunido no siempre podrá volver a unirse.

Sin embargo, irá eternamente con nosotros, sin principio ni final, como ese poema. Como ese rostro. Ambos indelebles. Ambos vivos en la memoria, clavados en las pupilas.

Carlos dijo...

Título
Los amantes del círculo polar.

Ficha técnica:

Dirección
Julio Medem

Producción
Fernando Bovaira
Fernando de Garcillán
Enrique López Lavigne
Txarly Llorente

Guion
Julio Medem

Música
Alberto Iglesias

Fotografía
Gonzalo Berridi

Protagonistas principales
Fele Martínez
Najwa Nimri
Nancho Novo

Año
1998

Género
Drama

Duración
112 minutos.

tita dijo...

Un drama de amor y persistencia como tantos,tu soneto describe perfectamente los amores y el drama confuso de Otto y Ana y el circulo de su vida.

Esta pelicula gano dos premios Goya y recuerdo que tenia una musica fantastica,como tu soneto que es un lujo.

Que maravillosa frase.

No te necesito para amarte,vas ha ir toda la vida conmigo,asi es el verdadero amor,entiendo yo.

Un beso de sabado ,buen fin de semana.



María Bote dijo...

Que bien fotografías, poéticamente hablando, las peliculas, amigo POETA Carlos.

A mí me encantó también, el soneto que hiciste a CASABLANCA.

En todos tus poemas bordas la excelencia y es un lujo leerte.

Besos y buen fin de semana

Carlos dijo...

Hola Ana, Los amantes del círculo polar es una maravilla, una pequeña obra maestra del cine.

Con un plus, me pasó lo mismo que en Cinema Paradiso, cuando, producto del paso del tiempo, los personajes de los chicos deben dejar su lugar a actora más grandes, uno siente que la película se queda un poquito huérfana. Otto y Ana de pequeños son increíbles.

Un beso, Ana, buen fin de semana.

Carlos dijo...

Muchas gracias María, recién me vino a la mente que también supe descargar en el blog el soneto de Amelie, que también me había gustado.

Me alegra que disfrutes de mis poemas, yo disfruto con tu lectura.

Un beso.

Carlos dijo...

La película fue nominada a cuatro premios Goya, de los cuales ganó dos, al Mejor montaje y a la Mejor composición musical.

Julio Medem también recibió el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Atenas y a la Mejor película de habla latina en el Festival de Gramado.

El film ganó dos Ondas a la mejor película y a la mejor actriz para Najwa Nimri.

Carlos dijo...

"Comprendí que por dejar a Ana me había quedado sin destino, así que tuve que inventarme uno: Finlandia. "

Carlos dijo...

Premios Goya al Mejor Montaje para Iván Aledo y a la Mejor Música Original para Alberto Iglesias

Mejor Película Europea Festival de Bruselas

Premio Mejor Película por el Jurado Universitario Festival de Toulousse

Premios del Público a la Mejor Película Latina, Director y de la Crítica en el Gramado Film Festival

Premios Ondas a la Mejor Película Española y la Mejor Actriz para Najwa Nimri

Carlos dijo...

Con su cuarta película, 'Los amantes del Círculo Polar', Medem conmocionó los cimientos del cine nacional con esta verdadera obra de arte, una lacónica historia de un amor que está tan cerca que es irreal.

Su estructura concéntrica (y capicúa, como el nombre de los protagonistas y el apellido del propio director) y los alternativos puntos de vista que narran la historia hacen de esta película un verdadero ejercicio de virtuosismo cinematográfico (es reseñable el gran trabajo de montaje de Iván Aledo), donde todos los elementos confluyen hacia la tragedia de amor más intensa relatada en el cine español en los últimos años.


También cabe destacar la fotografía de este filme, cuyo responsable fue Gonzalo F. Berridi. Los tonos azulados y fríos constituyen una manifiesta contraposición con el amor ardiente que une a la pareja de amantes, y crea toda una atmósfera de vacío entorno a ellos para los cuales no existe nada más que la presencia del otro.


Para Medem esta ha sido seguramente y hasta el momento su película de ficción más costosa, física y psicológicamente hablando. Además de un rodaje durísimo por España y las frías estepas de Finlandia Julio introdujo en este relato todo su ser, con muchísimas referencias autobiográficas que trasladó a las vidas de los personajes.

Esta honda implicación en la historia y su terrible final condujeron a Medem a un estado total de depresión y angustia existencial.

El rodaje y posterior éxito de 'Lucía y el sexo' supusieron para el director una liberación.

Francisca Quintana Vega dijo...

Bueno...he aprendido en esta entrada y comentarios,cosas que no sabía y eso siempre es bueno. No había visto la película, y me encanta el cine, así es que procuraré verla. Pero tras leer los comentarios, he entendido mejor el soneto que, como siempre, es estupendo...."desde el alma a los huesos....en delirio concéntrico de besos..."....siempre magistral.Saludossss

Francisca Quintana Vega dijo...

Por supuesto es una hazaña...eso de meter la gruesa trama de una película en el diminuto corsé de un soneto...¡una gran hazaña! Pero si alguien puede hacerlo eres tú, por supuesto..jaja. Saludosssss

Anónimo dijo...

Buenas noches, Carlos.

Muy bueno el soneto que cuenta esa historia tan bella de la película.

Me gustan los libros no lineales y, por ende, las películas que no cuentan lineal, que me hagan laburar como espectrador o como lector , que no me den la historia digerida. Y también la fotografía. Las películas me entran , me gustan o no por la fotografía. Y los silencios, lo que no se cuenta en palabras. Ese sol de medianoche es el mismo que hay en el sur, en Tolhuin, es un fenómeno raro, es medianoche y es de día pero no hay sol que proyecte sombras definidas.
Justamente este procedimiento que utiliza Medem de contar desde un lado y desde otro, hace poco leí Hablar solos de Neuman y usa esa técnica: una misma historia de amor y muerte narrada por él, por ella y por el hijo pero intercalada así como en la película.

En Los amantes del Círculo Polar, es un poco más compleja aún y eso es lo que la hace tan interesante, una trama concéntrica y simétrica.

Del soneto me puede el primer cuarteto y el primer terceto.

Y sí, es muy probable que el amor sea un instante, una mirada y un silencio. Como dice el maestro Bioy, felicidades que van más allá de la posesión. ¡Qué bello eso! Me lo llevo.
Beso
San Montelpare

Carlos dijo...

Hola Fran, nunca es bueno generar expectativas muy altas sobre una peli, porque uno queda más expuesto a una decepción, pero los amantes de una película increíble. Ojalá puedas verla y te guste.

Me alegra que el soneto te haya gustado, igual que la película hay que leerlo con el corazón bien rojo. :)

Y si, de difícil comprimir el argumento de una peli en 14 versos, pero es también un bello desafío.

Un beso.

Carlos dijo...

Hola San, buen día.

Veo que hemos coincidido el en gusto por una segunda película, antes fue, Con ánimo de amar y ahora esta. Coincido contigo en el tema de la alteración de los tiempos dramáticos y en ese sentido Los amantes es una maravilla creativa. Con un final doloroso por cierto, que cuando uno vuelve a recordar la película, vuelve hondamente a doler.

Será hasta quien sabe una tercera película.

Besos cinematográficos.

Carlos dijo...

"Esta noche te espero mirando al sol. ¡Venga valiente!, salta por la ventana".

Rembrandt dijo...

“….en un cerco de lágrimas y besos
se quitan el sayal de la corteza….”

Le confieso que nunca vi esta película pero leyendo este soneto la hago una de mis pendientes. No debe ser nada sencillo llevar el argumento de un filme a un poema, por ello lo aplaudo doblemente. Un grosso.
Grxs , además por la data, pués solo la conocía por su título.

REM

Carlos dijo...

Le peli es realmente recomendable, no me gusta generar muchas expectativas porque luego la gente se siente defraudada, pero realmente creo que vale la pena. Bueno, si la ves, cuéntame.

Besos y palomitas de maíz.

Carlos dijo...

Reseña: http://unahabitacionconvistas.blogspot.com.ar/2006/10/los-amantes-del-crculo-polar.html

Carlos dijo...

Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=WLm5XjFkKRg

Carlos dijo...

Making off: https://www.youtube.com/watch?v=F5Wxhs9OvFs