domingo, 29 de marzo de 2020

Los debutantes

La tuve frente a mí, tendí la mano
y le rocé la piel de la mejilla,
olía a cargamento de vainilla
y a lluvia de verano.
Pensar que aquel humano
brotó del interior de mi costilla,
novísima de sueños y sencilla,
lo mismo que un milagro cotidiano.
—Tú debes ser Adán, me dijo ella,
regálame una estrella
donde escribir el resto de la historia.
Después, beso por beso,
espalda, corazón, vértebra y hueso,
nos fuimos aprendiendo de memoria.

Del libro Oceanario.
Pintura: Nicoletta.
Recitado en el Tortoni y Café Montserrat

20 comentarios:

Carlos dijo...

olía a cargamento de vainilla...

Tita dijo...

Tu eres Adán me dijo ella,
regálame una estrella
donde escribir el resto de la historia...

Que maravilla ,los debutantes tanto como las pinturas de Nicoletta.

Buen fin de semana,un beso grande.

Carlos dijo...

Gracias Ana, hay historias que se escriben a los besos.

Buen fin de semana también para ti.

Un beso grande.

Carlos dijo...

espalda, vientre, hueso...

Carlos dijo...

Los debutantes / Serrat.

Los amantes
debutantes
empezaron a bailar ayer.
Van girando,
preludiando
la sinfonía del hombre y la mujer.

Con sus rizos
primerizos
la ternura les tejió una red
y un soneto
que en secreto
les lee Bécquer para abrevar su sed.

Y nada vale nada a su alrededor
creen que inventaron el amor.
Guardan la llave del misterio
a medias con el adulterio.

Tierno alarde
que en la tarde
cobija el parque o la catedral.
Primaveras
callejeras
que anidan cuando anochece en un portal.

Despedidas
a escondidas.
El primer beso, el primer adiós.
Y vuelta a casa,
donde pasan
las horas lánguidamente en un rincón.

Susurran aquel nombre como una oración
y se acurrucan en su habitación,
para vestir el dulce anzuelo
con un manto de terciopelo.

A mi juicio
falta "oficio"
y es por eso que, sin más ni más,
se marchitan
y a una cita
uno de los debutantes no vendrá.

Desconsuelo
que el pañuelo
de alguien que llega consolará.
Y la noria
de la historia
sigue, del fondo del pozo hasta el brocal.

Buscando terciopelo en la mirada
y abrazarse contra la almohada,
con un amor de contrabando
pasas la vida debutando...

Carlos dijo...

https://www.youtube.com/watch?v=zWGbTDckiek

Cecilia Orrillo dijo...

Eso de ir aprendiéndose de memoria, un gran acto de amor a través del tiempo.
Bella poesía.
Abrazo

Carlos dijo...

Hola Ceci, nada como ir aprendiendo al otro, para que el amor resulte.

Me alegra que el poema te haya parecido bello.

(bella tarde, ayer).

Un beso.

Carlos dijo...

novísima de sueños y sencilla...

Cecilia Orrillo dijo...

Tarde de primavera
Un beso

Carlos dijo...

Besos. Too.

Mar y ella dijo...

mi segundo nombre es Eva...jijii bromitas...aprenderse de memoria despuès de aprehenderse ..ufuufuf .


....

Carlos dijo...

Tu debes ser Adán, dijo Mariella...

Un beso.

Carlos dijo...

después con devoción, beso por beso...

Cecilia Orrillo dijo...

Bellisima esa pintura.

Anónimo dijo...

no recuerdo bien. Creo que anoche soñé con vos, ya sabés que sufro de apnea sin tu aliento y me ahogo en quimeras.

Vos te morías y yo moría con vos.
No existía el abracadabra.
Me desperté empapada, las pesadillas solo duran segundos, aunque la tristeza sea a morir, y agonicemos en el sueño...

Carlos dijo...

Si es bella Ceci, el amor en su esencia más íntima.

Beso.

Carlos dijo...

y a lluvia de verano...

Rembrandt dijo...

“…. Después, beso por beso,
espalda, corazón, vértebra y hueso,
nos fuimos aprendiendo de memoria.”

Como fue en un principio, ahora y siempre.

REM


Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.
Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.

JS.

Carlos dijo...

Sabines siempre lo supo, cuando el amor enlaza a dos personas (cosa que pasa muy pocas veces), la sensación de pertenencia es irreversible.