Dueles
como cuchillas escandalosas
deshojando las rosas
más amarillas.
Y dueles tanto,
aguacero de un llanto
que eriza el alma de desconsuelo,
lluvia amarga del cielo,
viento y ceniza.
Duele que dueles,
con tesón de Luzbeles,
lágrima espesa del sentimiento,
otoñal desaliento
de la tristeza.
Desgarradura
de campal dictadura,
tiempo tirano de despedida.
Llevo toda tu vida
entre las manos. ©
Del libro Llevarás en la piel
Imagen: Antoine Josse
Recitado en el café Montserrat