sábado, 24 de marzo de 2018

Tatoo

La gata de bambú se tatuó el rabo
con las dos iniciales de su gato,
vistoso garabato,
que le costó dos pesos y un centavo.
Con la punta volcánica de un clavo,
en certera consigna de arrebato,
lo mismo que la firma de un contrato
recién llevado a cabo.
Y allá va, con la cola por bandera,
marcada de por vida,
luciendo las dos brasas de la hoguera
de ser para su amor su gata ardida.
Estigma de un tatuaje permanente
de roja santidad. La piel no miente. ©

Del libro Oceanario
Recitado en Radio UAI

2 comentarios:

Carlos dijo...

La piel no miente. (Ch)

Carlos dijo...

Lágrimas / Dulce Pontes

https://www.youtube.com/watch?v=QoEZB0XvEZQ&feature=related